domingo, 15 de septiembre de 2013

Mensajes subliminales y monedas de cinco duros.

Perros sonrientes, Calamardos suicidas, marionetas ensangrentadas en programas infantiles. Las creepy pastas, o leyendas urbanas de internet han brotado como champiñones en los últimos años, pero llevan ahí bastante tiempo, y el mundo de los videojuegos no se libra de ellas. Slenderman es la comidilla a día de hoy, tropocientos juegos de slenderman a partir de una creepy pasta, ediciones de pokémon donde ibas matando a todo el mundo y acababas muriendo tú, una máquina recreativa que inducía al suicidio llamada Polybius. ¿Quién no ha oído hablar del Polybius a estas alturas? El juego con nombre de filósofo griego, creado por el gobierno de los Estados Unidos para despertar poderes psíquicos entre los jugadores. Leyenda urbana, creepy pasta o parte de realidad.
Una de las supuestas máquinas de Polybius originales.


El caso es que rodaba el año 1981 y en algunas salas recreativas de Portland apareció una nueva cabina de juegos. El juego en cuestión consistía en una especie de tube shooter en el que la nave que pilotabas estaba quieta en la pantalla, y lo que movías era el escenario. Dicen que tenía unos gráficos totalmente innovadores, nunca vistos antes, algún tipo de simulación 3D con vectores. Dicen que de vez en cuando unos hombres de negro aparecían para apuntar los nombres de los mejores jugadores (leyendas similares rondaban en la época acerca de los salones recreativos) y trastear en los menús. Dicen que en los menús se veían opciones como "mareos" "pesadillas" o "suicidio". Dicen que el sonido era muy raro, que mensajes subliminales aparecían en pantalla durante unos segundos. Dicen que si jugabas durante un tiempo, empezabas a ver rostros fantasmales por el rabillo del ojo, que te mareabas, te daban náuseas, y tenías pesadillas. Dicen que era tremendamente adictivo, pero al terminar la partida, olvidabas lo que habías jugado, y querías jugar de nuevo. Dicen que la desarrolladora, llamada Sinneslöschen (pérdida de los sentidos, en alemán), despareció tras sacar el juego. Dicen que un niño murió de un ataque jugando, y que al día siguiente habían retirado todas las máquinas de los salones recreativos. Solo una semana después.
La popularidad de la leyenda urbana alcanzó cierta serie de televisión.

Pero claro, quienes afirman todo ésto, recuerdan vagamente el juego, los que afirman tener una ROM del juego, nunca la cuelgan en internet, y los que afirman que era una conspiración del gobierno para controlar a la gente, tienen fotos de ovnis en sus dormitorios. Se comenta que esta historia surgió en algún grupo de noticias de Usenet, y podría tratarse de una versión temprana del Tempest (tratándose de Atari, todo el posible), en el que en lugar de mover la nave, ésta estaría fija y se movería la pantalla, generando luces parpadeantes que podría haber producido ataques epilépticos, y de ahí su retirada. Quién lo sabe.
Al igual que en sus posteriores remakes, el demonio no sale en el juego...

El caso es que Tempest salió al mercado en 1981, famoso por dejarte elegir la dificultad antes de empezar, cosechó un éxito bastante decente, al nivel de Centipede. Pero lo que me interesa de Tempest es su remake de 1994 Tempest 2000. Originalmente programado para la Atari Jaguar, resultó ser si no el mejor, uno de los mejores juegos para la consola (cosa que no tiene mucho mérito, debido a la cantidad de mierda que se publicó en la que afirmaba ser, la primera consola de 64 bits) gracias a su jugabilidad, sus gráficos en 3D y sobretodo, su fantástica banda sonora electrónica. Tal fue la calidad de la música, que la propia Atari publicó la banda sonora en CD de forma independiente, y ésta sirvió para los consiguientes ports del juego a otras plataformas. Aquí os dejo una de las pistas de audio que los amantes de la música electrónica disfrutarán, pero os invito a escuchar la OST entera, porque no tiene desperdicio:

Aún así, Tempest 2000 no sirvió para salvar a la Atari Jaguar del pozo de despropósitos en el que fue engendrada y del que nunca pudo salir. Hasta el propio Tempest incluye la opción de usar un mando rotatorio que no solo no llegó a salir, si no que ni siquiera se empezó a desarrollar. Y como la Atari Jaguar da mucho juego, ya hablaré de ella de forma más extensa en otra ocasión. Y veréis qué risas.

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